Apariencias
Desde niños los cuentos, las películas, nuestros cercanos y lejanos nos invaden con historias donde el bien y el mal están permanente oposición y donde, generalmente, pierde el mal. Los personajes y la trama se alinean en torno al protagonista o al antagonista, donde casi siempre gana el primero. El problema ocurre en la vida real, donde no existen personajes sino personas con diferentes personalidades, experiencias, creencias, principios, religiones, filosofías, todos aspectos que nos complejizan, conflictúan y contradicen permanentemente, y por cierto, nos sitúan en un limbo en el cual nuestras decisiones, que para unos son libres y para otros predestinadas, nos afectan positiva o negativamente de acuerdo a las diversas situaciones que se nos presentan minuto a minuto. Para entender que las apariencias engañan, incluso las que proyectamos a los demás y a nosotros mismos, vendría bien atender alguna de las escasas obras que nos muestran lo engañoso: Crash de Paul Haggis, La flauta mág...